miércoles, 18 de mayo de 2016

A QUÉ SABE LA LUNA? por las familias de Ambite


DECÁLOGO DEL PSICOMOTRICISTA


DOCUMENTO ELABORADO EN EL SEMINARIO:PRÁCTICA PSICOMOTRIZ EN EL PRIMER CICLO DE EDUCACIÓN INFANTIL SEGÚN BERNARD AUCOUTURIER




ANEXO:
Documento resumen elaborado
 en el seminario













PRINCIPIOS DE LA METODOLOGÍA DE BERNARD AUCOUTURIER

El principio básico, de cuál se derivan los demás, es que SE CONCIBE AL NIÑO COMO “SUJETO” Y NO COMO “OBJETO”.
Nuestra práctica debe de basarse  en la confianza y el respeto del niño, considerándole como una persona y no un objeto, desde su nacimiento.
A partir de este principio, el niño es el centro de su propio proceso de aprendizaje, siendo el papel del psicomotricista de mediador y de detector de las posibles dificultades, solicitándose su intervención siempre que se considere necesario para potenciar el óptimo desarrollo del niño. Según este principio, se tiene en cuenta al niño como un ser integral, no sólo a nivel intelectual o cognitivo sino también emocional, afectivo y social.

·         DEL PLACER DE LA RELACIÓN AL PLACER DE ACTUAR

o   Creación del vínculo/apego
o   Las primeras interacciones del niños son sociales, con sus educadores
o   Seguridad afectiva
o   El niño se construye en la mirada del otro
o   Calidad de la relación
Entre los elementos del entorno que estructuran la personalidad del niño es fundamental la seguridad proporcionada por el vínculo y el interés del adulto. El vínculo estable y continuado  y la relación privilegiada con un adulto  son las condiciones fundamentales para el desarrollo autónomo del niño y del éxito de la socialización primaria en la primera infancia.
Es la relación lo que mueve al individuo a generar cambios. Los vínculos emocionales le permiten proyectarse y expresar su mundo interior y, a la vez, recibir el feed-back que genera nuevas proyecciones.
Cuando el niño  se siente reconocido como tal, surge el deseo de aprender. Y el reconocimiento siempre nos llega del exterior, de “otro” u “otros”. Por esta razón el niño se interesa primero por crear vínculos que por aprender.
La mirada hacia los niños y niñas y hacia todo lo que viven y hacen, es para ellos una especie de confirmación y de estímulo para seguir avanzando en sus consecuciones y en el descubrimiento de sus posibilidades.  Mostrar poco interés por parte de la persona adulta empobrece las expectativas de descubrimiento de los niños y niñas.
Se requiere el establecimiento de una relación sólida y estable a través de intercambios verbales, de miradas significativas, de presencia atenta y comprensiva, por parte del adulto que transmiten así la seguridad afectiva que todo niño necesita para favorecer el descubrimiento de sus propias capacidades, la utilización de sus propias adquisiciones y el aprendizaje a partir de sus propios fracasos y logros.
·         EL NIÑO COMO SER AUTÓNOMO Y COMPETENTE

o   Actividad libre
o   Iniciativa
o   Sentimiento de competencia
Las acciones del niño se desarrollan por iniciativas de él mismo. La actividad libre significa la posibilidad, en las condiciones materiales adecuadas y sobre la base del equilibrio emocional y la seguridad, de descubrir, experimentar, perfeccionar y vivir, en cada fase de su desarrollo, sus posturas y movimientos.
Debemos tener como base la confianza y el respeto al niño, considerándole una persona que es parte activa de su propia evolución, una evolución que se basa en la actividad y en la autonomía.
El niño posee la capacidad innata y social del aprendizaje y la capacidad de desarrollo autónomo y se favorecerá respetando su iniciativa, en el proceso de evolución de sus movimientos, en la manifestación de su desarrollo psíquico, en su juego, en su pensamiento y en su comunicación con los demás, y transmitiéndole el reconocimiento de sus logros y capacidades.

·         EL NIÑO COMO ACTOR DE SU DESARROLLO

o   Respeto al ritmo individual
o   Se acompaña al niño en su propio itinerario madurativo.
En la sesión de Psicomotricidad el educador o educadora no tiene nada para enseñar, sólo ha de estar disponible para el niño, seguirlo en la dinámica de sus pensamientos y de sus actos.
Debemos respetar la globalidad del niño. Si hablamos de respetar la unidad del empleo de la motricidad, de la afectividad y de los procesos cognitivos, debemos respetar el tiempo del niño, su manera absolutamente original de ser y estar en el mundo, de vivirlo, descubrirlo, de conocerlo todo a la vez. A partir de este respeto e interacción la relación pedagógica se puede distender y desdramatizar; es entonces cuando el niño vuelve a encontrar confianza y seguridad en su accionar sobre el mundo.
Se evitará la actitud intervencionista por parte del adulto, prescindiendo de cualquier tipo de adiestramiento. Estimularemos las actividades de una forma indirecta, creando las condiciones de equilibrio del desarrollo emocional y afectivo y del desarrollo psicomotor e intelectual, mostrando respeto hacia el ritmo de las adquisiciones motrices de cada niño, que nunca se encuentra en una situación que no domina por si mismo, ni se ve forzado a adoptar una postura que sobrepase sus posibilidades.


·         RESPETO A LA ACTIVIDAD MOTRIZ ESPONTÁNEA
Es a partir de esta actividad espontánea como el niño construye su imagen corporal, el conocimiento de su esquema y la identidad de sí mismos  y de su entorno. Es un aprendizaje que se realiza a partir de las expresiones y las riquezas motrices (
Se respeta la iniciativa del niño, dejándole actuar para reconocer sus necesidades más profundas, para hacerlas evolucionar desde el placer sensoriomotriz.
No hay necesidad de enseñar, no debemos ejercer de modelo, pues interrumpir sus acciones podría suponer interrumpir su desarrollo psíquico.

·         SE PARTE DEL PLACER DEL NIÑO
Se parte siempre del deseo del niño, nunca se le va a forzar a hacer nada que no quiera, ya que forzar implica crear tensiones e incrementar el miedo y la angustia.
El placer sólo se vive en la relación.
El niño sentirá placer de actuar si se siente seguro con el adulto que le cuida; por ello es imprescindible  crear un vínculo afectivo . El niño necesita sentirse reconocido por el otro.
Si un niño no siente esa seguridad afectiva no puede actuar, pues pondrá su atención en la búsqueda de esa relación.

·         LA MIRADA NO SE CENTRA EN LAS DIFICULTADES SINO EN LAS CAPACIDADES DE CADA NIÑO.
Así mismo tampoco se centra en las limitaciones, sino en aquello que sabe hacer según su momento madurativo y afectivo.
Se debe partir de lo que uno sabe y puede hacer, siendo espejo permanente de las conquistas individuales y poniendo palabras a lo que hace, lo que siente o lo que quiere en cada momento.


OBJETIVOS DE LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ

OBJETIVOS GENERALES

Ø  Favorecer la maduración psicológica del niño/a de modo tal que la vía sensoriomotora sea la base de la formación los procesos psíquicos.
Ø  Impulsar el desarrollo de la expresividad psicomotriz hacia la comunicación, la creación y la formación del pensamiento operatorio.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

En una primera etapa, desde el nacimiento hasta el inicio de la marcha, plantearemos estos objetivos:
ü  Promover el despertar motriz a través de todo tipo de desplazamientos, del tono, y de sensaciones motrices y corporales globales.
ü  Favorecer la comunicación a través de la voz, la mirada y el contacto.
En una segunda etapa, desde el inicio de la marcha hasta la adquisición                     de la carrera, además de tener como referente los objetivos de la etapa anterior, proponemos los siguientes:

ü  Favorecer la estructuración de la totalidad corporal del niño/a, mediante todo tipo de actividades psicomotrices.
ü  Dar salida a la pulsionalidad y al movimiento como un modo de entrar en relación y conocer el mundo que le rodea.
ü  Impulsar la aparición del juego presimbólico y el inicio del juego simbólico. De este modo favorecemos el proceso de separación-individuación, la repropiación de la realidad y la exteriorización de ciertos conflictos ligados a la vida cotidiana.


DECÁLOGO DEL PSICOMOTRICISTA
·         Preparador/a del espacio y material: ir introduciendo modificaciones en la oferta y organización del material y el espacio en función de las necesidades e intereses de los niños.
·         Capacidad de escucha y acogida: acoger, aceptar y respetar a cada niño, sin juicios ni valoraciones, creando, de este modo, un clima de seguridad en el que los niños sienten que pueden ser ellos mismos.
·         Figura de ley: como autoridad y contención, para garantizar la seguridad de los niños hay una ley que se mantiene en cada sesión: “Está prohibido hacer y hacerse daño”. El resto está permitido.
·         Acompañar: implica estar en sintonía con las necesidades y el deseo de los niños, de manera que no impone juegos que no surjan de los propios niños.
·         Supone pararse en la acción, observar y esperar a la iniciativa de juego del niño, ser capaz de dejar hacer, para poder responder de manera ajustada implicándonos en el juego, haciendo propuestas, reconduciendo…
·         Disponibilidad: ser persona de referencia que da seguridad física y afectiva, a la que se le puede pedir ayuda o realizar demandas.
·         Mirada periférica: no hay que perder de vista al grupo, por lo que no es posible involucrarse mucho en el juego de los niños. Esta mirada garantiza la seguridad de los niños.
·         Reflejo de emociones: se reconoce al niño, se da sentido a sus producciones, emociones y sentimientos, se le ofrece una respuesta gestual o verbal ajustada a sus emociones.
·         Autoevaluación durante la sesión: el educador/a tendrá en cuenta su actitud e irá introduciendo modificaciones a su actuación cuando sea necesario.

DESARROLLO DE UNA SESIÓN DE PSICOMOTRICIDAD SEGÚN B.AUCOUTURIER

El cuerpo, a través del movimiento, del contacto, de sus acciones, producciones y reacciones, se convierte en eje vertebrador del desarrollo armónico del niño/a y en el inicio de una construcción satisfactoria de su identidad.  Por ello hay que tener en cuenta las edades de los niños/as y el punto evolutivo en el que se encuentran para desarrollar las sesiones.

Desde el nacimiento hasta el inicio de la marcha:

-Fases sucesivas: en este primer nivel no hay fases específicas en la práctica psicomotriz, sino una práctica difusa que tiene como objetivo la libertad de movimiento y el placer de la acción.

-Espacios: Es conveniente instalar un dispositivo espacial permanente en el que los bebés puedan moverse con toda libertad, lo que les llevará a conquistar el espacio vertical con toda seguridad, cada uno a su ritmo y según sus deseos.
Este espacio ha de tener un material específico que ofrezca a los niños las condiciones para desarrollar sus actividades en el suelo.

-Tiempos: Los bebés han de sentirse libres para repetir las mismas acciones cuantas veces deseen y para descubrir nuevas acciones, las cuales serán cada vez más ricas y complejas.

-Papel del educador: Es fundamental acompañar cada experiencia y cada descubrimiento por medio de la palabra o del gesto, pero sin ejercer de modelo, sin intervenir en el proceso del niño, pues interrumpir sus acciones supondría interrumpir su desarrollo psíquico.

Desde el  inicio de la marcha hasta la adquisición de la carrera:

-Fases sucesivas:  La práctica psicomotriz se fundamenta en el trabajo a través de la vía corporal, la acción y el movimiento espontáneos de las niñas y los niños,  ya que es a través de ésta como construyen su imagen corporal, el conocimiento del esquema corporal y la identidad de sí mismos. Aun así, cada sesión se estructura en 5 fases:
1.- El ritual de entrada
Los niños al entrar, se descalzan y se sientan. Se les recuerdan las normas.

2.-La fase de expresividad motriz
Juegos de destrucción y construcción
Permiten vivir el placer de destruir sin culpabilidad y libera una intensa emoción colectiva. Se produce una descarga de tensiones tónicas lo que produce una fluidez tónica que hace que el niño esté disponible para la acción
Se puede volver a construir y destruir infinito número de veces y si el psicomotricista ofrece resistencia el placer se incrementa.

Juegos de aseguración profunda
Son juegos que aseguran frente a la angustia de separación, frente al miedo de perder a la madre.
Juegos de aseguración superficial
Son juegos simbólicos

3.-La fase de la historia
El cuento permite al psicomotricista hacer relaciones con los juegos de aseguración profunda que surgen en la sala.
Es una forma de reasegurarse por medio del lenguaje y el juego dramático.
Esta fase ayuda al niño a distanciarse de las emociones surgidas en el juego y facilita el paso al espacio de representación final.

4.-La fase de la expresividad plástica y gráfica
En esta fase se le ofrece a los niños recursos para acceder a otro nivel de simbolización y, por lo tanto, de descentración.

5.-El ritual de salida
Es indispensable para terminar la sesión. Los rituales son fundamentales porque permiten al niño situarse y estructurarse en el tiempo.

Para esta edad una canción de corro conocida por todos da seguridad y permite una salida colectiva.

-Espacios: La sala se prepara antes de que los niños entren de la misma manera siempre, de este modo los niños encuentran en cada sesión el mismo material y el mismo dispositivo.
Se estructura por medio de dos espacios, cada uno con su dominancia expresiva.
-expresividad motriz, reservado a las actividades de juego motor, con su material específico y zonas blanda, dura y simbólica.
-expresividad plástica, gráfica y lenguaje, destinado a la representación.
Esta regularidad es muy importante porque proporciona seguridad, facilita la anticipación imaginaria y también anticipa el placer. Además permite practicar y experimentar sin un tiempo límite (tienen dos cursos para hacerlo).
La libertad de pasar de un espacio a otro nos permite prestar atención a los niños que siempre se mantienen en el mismo sitio, invitándoles individualmente a cambiar de actividad, inicialmente acompañados de un adulto.
-Tiempos: se estructura por medio de las fases sucesivas que se proponen al niño para que pase por diferentes niveles de simbolización, lo que equivaldría a pasar “del cuerpo al lenguaje”.
El segundo tiempo está reservado a la expresividad motriz, el tercero a la historia y el cuarto a la expresividad plástica y gráfica, aunque la fase 4 puede darse en el mismo tiempo que la 2.
La duración de las sesiones en el nivel 1-2 años es de aproximadamente es de 45- 60 minutos.
La duración de las sesiones en el nivel 2-3 años es de aproximadamente es de 60 minutos.
El dispositivo se va instaurando progresivamente en función de la edad de los niños y el desarrollo de sus capacidades de acción y simbolización.

-Papel del educador:   La función de las educadoras es fundamental para acompañar cada experiencia y cada descubrimiento. Para ello es prioritario tener confianza en el niño entendiéndole como un ser autónomo y competente.
Se parte siempre del placer del niño y nunca se le fuerza a hacer nada que no quiera. Además partimos de lo que el niño es y tiene, no de lo que no es o de lo que no tiene. Nuestra mirada no se centra en las dificultades o limitaciones del niño. Este es otro principio “creer en la persona”.
Respetamos el ritmo individual de cada uno, sin olvidar la importancia de la estabilidad en los espacios y materiales, y teniendo en cuenta que la repetición es una estrategia de aprendizaje.


ACTIVIDADES Y JUEGOS EN CADA FASE DE LAS DISTINTAS SESIONES DE PSICOMOTRICIDAD PARA NIÑOS DESDE EL NACIMIENTO HASTA EL INICIO DE LA MARCHA.

RITUAL DE ENTRADA:
·         Corro de inicio: Nos descalzamos, colocamos los zapatos y nos sentamos en un pequeño círculo, todo con ayuda del adulto.
·         Cantar canciones de bienvenida: es conveniente que exista una misma canción para dar comienzo a la sesión de psicomotricidad, para los niños y niñas de esta edad esto les da seguridad haciendo que anticipen la sesión.
·         Recordatorio de normas.
·         Colocación de los niños que no se mueven en la zona que se haya dispuesto para ellos.
FASE DE EXPRESIVIDAD MOTRIZ:
·         Juegos de construcción y destrucción con los módulos de psicomotricidad, a menos altura y para los niños y niñas que se desplazan.
·         Juegos pre-simbólicos: aparecer-desaparecer…
·         Juegos de estimulación laberíntica y de las sensaciones propioceptivas: caída, rotación, balanceo…
·         Actividades relacionadas con los límites del cuerpo: taparse con telas…
·         Juegos de movimiento.
·         Actividades de desordenar: agrupar-dispersar, ordenar-desordenar…
·         Juegos con pelotas: lanzar, recoger, empujar…
FASE DE LA HISTORIA
·         Lectura de cuentos.
·         Juegos de imitación: con ayuda del adulto que puede representar un personaje y animar a repetir acciones de los distintos personajes.
FASE DE LA EXPRESIVIDAD PLÁSTICA Y GRÁFICA:
·         Juegos con construcciones.
·         Actividades con plastilina y pintura.
RITUAL DE SALIDA:
·         Corro de despedida: nos sentamos en círculo para hablar sobre la sesión y despedirnos.
·         Cantar canciones: al igual que con el inicio es conveniente cantar la misma canción de despedida de la sesión.
·         Nos preparamos para la vuelta al aula: recogemos los zapatos y nos calzamos.

BANCO DE RECURSOS MATERIALES Y AMBIENTACIÓN DEL AULA PARA EL DESARROLLO PSICOMOTOR

La psicomotricidad se centra en conocer al niño a partir de la actividad motriz espontánea que aparece en su juego simbólico. Por ello es rico en enseñanza poner a disposición del niño objetos diferentes y observar cómo los utiliza.
El material utilizado en la sala de psicomotricidad debe estar bien ordenado y ser un soporte para las proyecciones del niño/a. También ha de ser abundante y proporcionarse al niño o bien demandarlo él mismo, según sus necesidades y el desarrollo de la sesiones. Puede ser:
·         Fijo (espalderas, bancos, pizarra, espejo, etc.).
·         Móvil (aros, cuerdas…).

Además de esta clasificación, los materiales se dividen según su composición y lo que representan en dos tipos:
·         Blandos: bloques de espuma, pelotas, cojines, telas, etc. Acogen, envuelven y dan placer y seguridad al niño/a.

·         Duros: espalderas, maderas de construcción, palos, banquetas, cubos de plástico, etc. Hacen al niño/a enfrentarse al reto, al principio de la realidad y, por tanto, a la superación física, lo que le ayudará al desarrollo motor y sensorial.

La sala de psicomotricidad debe ser un espacio cálido, iluminado y acogedor donde el niño pueda moverse y expresarse con libertad. El material se dispone creando diferentes espacios que favorecen el desarrollo sensorial, motórico, simbólico, afectivo, intelectual y cognitivo del niño. Este espacio también favorece la exploración de sus límites corporales, los objetos, y los otros niños, por otro lado también favorece la expresión de sus emociones, vivencias y la expresión creativa.
El espacio es preparado con anterioridad al comienzo de la sesión.


AULA DE 0-1
  • ESPACIO BLANDO
Material: módulos, colchonetas, cojines, telas, alfombras.

Acciones: darse la vuelta desde la posición supina a la prona, rodar, empujar, arrastrarse, balancearse, coger diferentes objetos, sentarse, andar a gatas, trepar, agarrarse y descansar estirados en el suelo cuando lo necesiten.
 Son acciones que suscitan la aparición de recuerdos y emociones asociadas a la seguridad de haber sido sostenidos en brazos, mecidos, trasportados, acostados.

Carácter: afectivo, acogedor, permite un movimiento más impulsivo y menos controlado, placentero. Facilita las acciones corporales cercanas. Los bebés han de sentirse libres para repetir las mismas acciones cuantas veces deseen y para descubrir nuevas acciones, las cuales serán cada vez más ricas y complejas.

  • ESPACIO DE EXPERIMENTACIÓN Y MANIPULACIÓN
Material: telas, cajas de cartón, construcciones, aros, tarimas con entradas y salidas, cortinas que forman un rincón, pelotas, sonajeros o botellas de sonidos cajas de cartón de diferentes tamaños, móviles de colores, un rodari o palos/botellas que rueden para fomentar el gateo, espejos pequeños, instrumentos musicales, saquitos de olor,  tablero sensorial con distintas texturas, cuentos de tela sonoros (que crujan) de distintas texturas, etc., cáscaras de coco, cintas de seda, cesto de los tesoros, etc…

Acción: Juegos de quitar y poner con un juguete especifico, experimentación de distintas texturas, formas, colores, olores, aparecer/desaparecer, esconderse/ser encontrado esconder objetos, agitar, lanzar, chupar, morder, chocar y golpear objetos...

Carácter: Es un espacio de experimentación y manipulación, primeramente con su cuerpo y posteriormente con los distintos objetos, así como con el espacio que le rodea. Es un espacio que propicia juegos que favorecen la construcción de la estructura cognitiva a través de la curiosidad y la investigación del entorno.

  • ESPACIO DURO.

Materiales: rampas, escaleras, barras verticales y horizontales que permitan que cada niño, según sus necesidades, se agarre y se eleve hasta ponerse de pie,
 plataformas altas y bajas, espejos, barra de pared, bancos…

Acciones: lanzarse, caer,  giros, escalar, deslizarse, rodar, resbalar…

Carácter: facilita el hecho de desarrollar las propias habilidades motoras. El niño/a experimenta sus posibilidades motrices.
Experimentar los límites entre el equilibrio y el desequilibrio, perder los puntos de apoyo y volver a recuperarlos, intentar conquistas motoras,… son vivencias que tienen que hacerse en seguridad tanto afectiva como física.

AULA DE 1-2 Y 2-3
  • ESPACIO BLANDO

Material: módulos, colchonetas, cojines, telas , alfombras.

Acciones: pulsión, relajarse, rodar sobre si mismo, caer, lanzarse, arrastrarse, balancearse, contactos corporales, maternales. Son acciones que suscitan la aparición de recuerdos y emociones asociadas a la seguridad de haber sido sostenidos en brazos, mecidos, trasportados, acostados.
Un rincón blando, con colchonetas y cojines, que facilitaran los juegos de oposición y los juegos de imitación de situaciones vividas, como taparse y destaparse, jugar a dormir, que favorecer ale acceso a la capacidad de simbolizar.

Carácter: afectivo acogedor, permite un movimiento mas impulsivo y menos controlado, placentero. Facilita las acciones corporales cercanas.

  • ESPACIO DE EXPERIMENTACIÓN YMANIPULACIÓN

Material: pelotas, piedras, piñas, cajas de cartón de diferentes tamaños, palos, cascaras de coco, cintas de seda

Acción: experimentación del dentro fuera, llenar-vaciar.

Carácter: Es un espacio de contención, recogida y seguridad. El niño vive con estos juegos el placer de desordenar ya que para hacerlos utiliza objetos que transforma y reorganiza según sus deseos.
Son juegos que además de tener una función reaseguradora, favorecen la construcción de la estructura cognitiva a través de la curiosidad y la investigación del entorno.

  • ESPACIO SIMBÓLICO.

Material: telas, cajas de cartón, construcciones, aros, tarimas con entradas y salidas, cortinas que forman un rincón…

Acciones: Aparecer/desaparecer, esconderse/ ser encontrado, escapar/ser cogido, construir/destruir/volver a construir, inventar, adoptar roles, aceptar/rechazar…

Carácter: relacional, creativo, imaginativo, fantasmático….Se expresan emociones, sentimientos, miedos y fantasías. Se viven distintas situaciones de relación y comunicación con otros niños y con el adulto.
El significado de los juegos de destrucción está relacionado con el deseo de separarse y de ser uno mismo, de apartar los obstáculos que impiden cumplir los objetivos que se proponen y que nos ayudan a afianzar nuestra identidad y la capacidad de decidir y elegir. La destrucción no implica romper, sino transformas y reorganizar el orden que se ofrece al inicio de la acción. Después de agotar el impulso de destruir viene el deseo de hacer construcciones. El desorden da paso a la creación. Solo se puede crear , inventar desde el caos, desde el desorden, desde lo que no esta configurado.
Jugar a envolverse son manifestaciones de deseo de protección o de búsqueda de bienestar.
Jugar a esconderse es de todos los juegos pre simbólicos en el que se ve con mayor claridad la idea de sentir la vivencia de la presencia y la ausencia, el estar y no estar, la unión y la separación.

  • ESPACIO DURO.

Materiales: rampas, escaleras, plataformas altas y bajas, bancos…

Acciones: correr, saltar, lanzarse, caer, equilibrios, giros, escalar, deslizarse, rodar, resbalar…

Carácter: motor; facilita el hecho de buscar las propias habilidades motoras. El niño experimenta todas sus posibilidades motoras y entra en el juego de la competencia consigo mismo, intentando hacerlo cada vez mejor. El placer sensomotor ha de permitir que el niño mantenga la ilusión de acometer proezas fabulosas, lo que será más eficaz si el psicomotricista reconoce estas proezas con admiración. La ilusión empuja a cometer nuevas acciones y genera confianza y seguridad en uno mismo.
Experimentar los límites entre el equilibrio y el desequilibrio, perder los puntos de apoyo y volver a recuperarlos, intentar conquistas motoras, sentir que se puede tener el control del propio cuerpo… Son vivencias que implican un cierto riesgo y que tienen que hacerse en seguridad tanto afectiva como física

  • ESPACIO DE REPRESENTACIÓN.

Material: papel/mural y ceras, construcciones de madera, imágenes fotográficas de otras sesiones, barro, plastilina.

Acciones: construir, iniciarse en el dibujo y modelado, utilización de la palabra para expresarse, representar situaciones, acciones…

Carácter: permite al niño distanciarse de su vivencia sensomotora para comenzar a “pensarla”. El movimiento se detiene y por lo tanto, hay más pensamiento sobre la acción. Así mismo, permite al niño representarse a si mismo.